– ¡Quiero pagar más impuestos!
No me sorprendió que Warren Buffett hiciera una petición así. Lo que sí ha resultado una novedad ha sido que el ejemplo haya calado y las grandes fortunas en Francia también estén pidiendo un aumento de la presión fiscal.
La foto no busca herir sensibilidades, más bien sólo hacer un poco de coña; lo que pasa es que un servidor está de acuerdo con quien dijo aquello de que “modificar la Constitución porque lo diga Alemania es ya de traca”.
Todo está pasando muy rápidamente. Ha sido esta misma semana cuando ha saltado la liebre de que el Gobierno desea fijar un límite al déficit público en la Constitución, como hiciera Alemania en 2009. Y las reacciones, especialmente por parte de los sectores progresistas, no se han hecho esperar. ¿Por qué está siendo esta reforma tan polémica? ¿Qué hay detrás de ella?
He aquí un interesante artículo de Escudier en Público acerca de lo que está acaeciendo en el sistema bancario español.
Después de que John Mauldin, uno de los analistas financieros más respetados de América, (según invertia) dijera hace algún tiempo que los inversores están fumando crack si creen que la banca española es de las más sólidas de Europa, la verdad es que lo que cuenta Escudier no me sorprende. Todos los países han tenido que dar respiración asistida al sistema bancario, incluso a gigantes como ING, el banco de tres de cada cuatro holandeses.
Decía uno de los ponentes de Forinvest 2009 que uno de los problemas que habían suscitado la crisis era la falta de “hazard”. No le faltaba razón.
El concepto de hazard es muy sencillo: si ganas dinero montando un negocio, lo ganas tú. Pero si lo pierdes, que sepas que también lo vas a perder tú. Se suele traducir, de manera corta, como “riesgo moral”.
En realidad el concepto de hazard se puede aplicar a todo el mundo, no es patrimonio exclusivo de los bancos. Incluso a las familias, muchas de las cuales han estado viviendo en el exceso los últimos años. Igual que un coche a 250km/h no se controla tan bien como uno a 120, tampoco se controlan igual de bien las finanzas de una familia que se habitua a gastar 6000 € al mes como la que se habitua a gastar 2000. Naturalmente, no hablo por todo el mundo, pero sí por la gente o las empresas que han estado viviendo en el exceso y la insensatez.
Sí es cierto, de otro lado, que en este caso siendo el sector financiero el desencadenante de la crisis, esto va más con ellos que con nadie. En el caso de la quiebra de Lehman Brothers, ante la que el Parlamento de EEUU rechazó el plan de rescate que el Gobierno americano proponía, estuvimos al borde de un cataclismo financiero, de la parálisis total del sistema, según Warren Buffet. Pero al menos sirvió como un aviso a navegantes: señores, las estupideces no salen gratis.
Lo que no puede ser es que en una economía de mercado haya quien ha estado jugando a la ruleta rusa con el dinero de todos, enriqueciéndose, y el día en que sale la bala le pide a los demás que pongamos la cabeza para no volarse él los sesos. Quien rompe, paga.
No puede ser que si gano sea para mi y si pierdo pagamos todos con “inyecciones de liquidez” y otros eufemismos que sirven para no decir a las claras que todos vamos a pagar con el dinero de nuestros impuestos por la codicia de unos cuantos.
Esta es la misma gente que luego se tira de los pelos porque se destinan unos cuantos miles de millones a políticas sociales, que según ellos dispararán la inflación, pero no parece importarles que cifras con algunos ceros más se usen para salvarles a ellos.
Hostgator es un importante servicio de host para páginas web. Funciona muy bien para sistemas que corren bajo Joomla, como el portal que yo mismo estoy haciendo para la Youth.
Es barato y obtiene muy buenas críticas de los sitios más importantes del mundillo que rodea Joomla.
Un compañero de la Youth, que está involucrado en la elección de este o aquel servidor para el portal, habla conmigo.
– No podemos elegir esto, David
– Pero, ¿por qué? ¿Qué problema hay?
– Mira, estamos haciendo esto para que lo use cuanta más gente mejor, ya lo sabes; el problema es que en Ucrania la Internet está dividida: no es lo mismo navegar por servidores ucranianos que por máquinas que no lo son; según qué conexiones de internet, las más en este país, si navegas por máquinas de fuera luego tu factura de internet te da una sorpresa desagradable al final del mes; suficiente para que nuestro público objetivo se lo piense dos veces antes de navegar por nuestro sitio si lo ponemos en un servidor de fuera del país
No te digo ná y te lo digo tó. Toda una lección de nacionalismo tecnológico.
El nacionalismo económico es, por norma general, una mala elección. En época de crisis es toda una tentación para todos los países: no compro a los demás, consumo nacional para no dar mi dinero a gente de otros países. Es un gran error, como decía Pascal Lamy, Director General de la Organización Mundial del Comercio.
“El proteccionismo no protege” – dijo Lamy durante una entrevista de la BBC. Tenía razón. Pero de eso quizá hable en otro momento. Baste de momento decir que esa fue la opción que tomaron Europa y EEUU durante los años ’30 para afrontar la Gran Depresión. Y desembocó en un empeoramiento de la situación que dio lugar a la Segunda Guerra Mundial.
Lo mismo pasa con el nacionalismo tecnológico: normalmente no suele hacer ningún favor a la sociedad en cuestión.
Haciendo esto Ucrania se asegura que parte del dinero que se invierta en almacenar portales, sitios web, etc. no saldrá del país. Irá a parar a servicios nacionales de hosting. El problema es que el resultado final, para hacer que navegar por nuestro sitio no cueste un dinero que no es que le sobre precisamente al público objetivo de nuestro proyecto, por lo que este asunto podría desmotivarle, es que tenemos que contratar un hosting dentro de Ucrania aunque sea peor y encima más caro.
A largo plazo, uno se puede imaginar qué es lo que significa esto: el país se estanca, porque hay restricciones a las mejoras tecnológicas que puedan venir del extranjero, los proveedores nacionales se sienten excesivamente cómodos debido a una protección que hace que puedan vender más caro o sin necesidad de ser tan competitivos, por lo que tampoco tienen necesidad de innovar (¿para qué, si el I+D es un pozo de dinero?) y, en definitiva, el producto/servicio que finalmente tiene Ucrania no facilita que puedan ser competitivos. Y eso es el pescado que se muerde la cola.
Unos hablan de una estafa colectiva, en la que a la actual generación nos cambiaron una vivienda diga por una Playstation. Otros acuñan el término NINJA, gente No Income, No Job, No Assets, (gente sin ingresos, sin trabajo ni propiedades), o como se dice en mi pueblo, que no tiene dónde caerse muerta. La teoría de los ninja es que la crisis comenzó por prestarle muchísimo dinero a gente que luego no podría devolverlo. Realmente, el promotor de la teoría, Leopoldo Abadía, tiene más razón que un santo, y su blog es interesante y ameno.
Pero de todo lo que se ha escrito sobre el tema creo que lo que más me gusta es el reportaje de la CNBC “House of Cards”. Creo que ningún otro cuenta de una manera tan detallada e interesante lo que ha pasado, y en tan solo 90 minutos. El documental muestra también los dos razonamientos enunciados al principio de este post, al dar nombre y cara a algunos de los “ninja” a los que se les prometió el sueño americano y ahora la crisis les abofetea y les devuelve a la realidad. Sin más, con todos ustedes, la explicación más completa del origen de esta crisis mundial, en House of Cards.
Nota al pie: como se ve, esto es poco más que un trailer de Youtube. He intentado empotrar el vídeo entero, pero la CNBC no lo permite para máquinas que estén fuera de América, lo cual incluye Kiev, suponiendo que la Geografía de Primaria que me enseñaron esté en lo cierto. Por tanto, he ahí el vídeo promocional, y aquí el vídeo entero. Que lo disfrutéis.
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