En la Youth están todos bastante preocupados por mi salud. A mi la verdad es que me preocupa muy poco porque cada vez que llega el otoño-invierno me constipo y toso. Pero me llama la atención hasta qué punto a ellos sí les importa.
“Pásate el fin de semana sin salir, tomando té calentito con miel” me dicen. ¿A qué viene todo esto?
Otros compañeros de fuera de la Youth también muestran preocupación. No lo entiendo. Pero bueno. Pronto entenderé.
El virus de la gripe se extiende por Ucrania como una mancha de aceite, aunque tal vez se estén exagerando un poco las medidas para hacerle frente. En el metro ayer, a ojo de buen cubero, pude calcular que una de cada diez personas iba con mascarilla. Sobre todo los jóvenes. No hacía falta ser demoscopia para ver que, si esa miniencuesta visual se hacía sólo con los jóvenes, la proporción era mayor que ese uno a diez del que hablaba antes.
Resulta también interesante ver algunas de las cosas que me cuenta un compañero. Me empieza a lanzar datos sueltos acerca del tema, de que el virus puede haber mutado, que hay gente que ha muerto en una noche, etc. pero es como si me diera pinceladas de diferentes cuadros. No pinta en profundidad ninguno de ellos.
Desde luego, a río revuelto, ganancia de pescadores. En esta ocasión, como en muchas otras, puede que la situación sea complicada, pero la prensa tampoco ayuda mucho al generar más alarma con tal de vender periódicos.
Saben que el miedo es una de las cosas que más periódicos vende. Sea por protegerse de esa amenaza de la que todos hablan o por el morbo de saber más de ese tema que se ha puesto tan de moda, la gente fagocita toda la información posible sobre el tema durante unos días.
Cuando de esto se trata, la prensa usa los principios de Goebbels. Efectivamente, la información se sucede continuamente (renovación, 7º principio), con pequeñas pinceladas que dicen poco acerca del tema, pero con detalles muy llamativos que todo el mundo entiende (vulgarización, 5º principio), localizando una amenaza muy clara (unicidad, 1er principio; si cada uno habla de una amenaza diferente la multitud no se coordina para asustarse todos más aún), en ocasiones exagerando los hechos (4º principio, gente que va a la cama una noche y al día siguiente ya no despiertan, por culpa de la gripe), usando viejos miedos (9º principio, el miedo ya estaba implantado durante este verano con la gripe A), aunando las amenazas en una sola categoría (2º principio, porque se habla de “una fusión entre el virus de la gripe de toda la vida y el de la gripe A”). Además, como el desconocimiento genera miedo, no se deben de dar informaciones completas, más bien retazos sobre el asunto, pero que sean llamativas para poner de relieve la amenaza a la que se enfrenta Ucrania.
Desde luego, algunas cosas permanecen imperecederas. Los principios de propaganda que fijó el Ministro de Propaganda alemán del III Reich son un buen ejemplo.
Actualización 02-10-09: ahora ya no son 1 de cada 10. Por lo menos 1 de cada 5.