Perder – perder

Me contaba Wendy hace unos días, mientras paseábamos por al lado del Museo de la Guerra en Kiev, que cierto autor comentaba que las negociaciones en las ex-repúblicas soviéticas eran complicadas porque “no creían en la posibilidad ganar – ganar”.

John Forbes Nash, sobre el cual Russell Crowe hizo la película “Una mente maravillosa”, formuló el dilema del prisionero.

Como se puede ver en el anterior enlace de Wikipedia, el dilema del prisionero es un problema de confianza. Parece muy simple, pero cuando se estudia en la carrera de Economía se le pueden buscar muchos pies al gato para un problema tan sencillo. Estudia la confianza entre individuos en una sociedad. Esa misma que determina si los individuos de una sociedad, por ejemplo, no compran ni mueven el consumo porque nadie se fía de nadie, como, en cierta manera, está pasando en esta crisis, cuando mucha gente no mete dinero en el banco por si quiebra.

Como también se puede ver, el dilema del prisionero plantea cuatro posibilidades: los sujetos “A” y “B” ganan, “A” gana y “B” pierde, “A” pierde y “B” gana, y ambos pierden. Desgraciadamente, a largo plazo esta última suele ser la posibilidad más habitual. La confianza es un valor muy difícil de mantener en las relaciones entre personas, y se suele deteriorar con el paso del tiempo. Es algo así como la Ley de Murphy cuando dice “lo que empieza bien acaba mal; lo que empieza mal acaba de puta pena”.

¿Qué puede pasar cuando en una relación, sea cual sea, desde una negociación puntual, hasta el día a día entre dos o más personas, la gente no se fía de los demás? Que estamos en el cuarto escenario: ambos pierden.

Todo esto forma parte de lo que se llama “Teoría de Juegos”. Es una visión muy interesante de cara a comprender por qué una democracia avanza o se hunde. Por qué una economía florece o se marchita. Por qué un grupo de personas funcionan bien o acaban cada uno por su lado. La clave para todo esto es la confianza.

Sinceramente, no recuerdo el nombre del autor del que hablaba Wendy, pero no veo así a la gente en este país. No creo que para ellos sea imposible ganar-ganar. No creo que ellos crean que para ganar haya que hacer perder al otro. Ni que si eres tú quien pierde tengas que hacer perder al otro tanto como pierdes tú. Tal vez se refiriera a otras ex-repúblicas soviéticas. Me quedan cinco meses para averiguarlo. Espero no equivocarme en este post.

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2 Responses to “Perder – perder”

  1. ¿Lo prefiere transgénico o en mal estado? « El Hombre Humano Says:

    […] podría ser que esta falta de confianza, lejos de ser algo específico del mundo gastronómico, fuera algo genérico de la sociedad ucraniana. Quizá algo de eso también […]

  2. Por qué no se puede hacer buenos tratos con mala gente « El Hombre Humano Says:

    […] uno pensará lo que quiera sobre esto, pero como ya dije, para mi este es un factor clave en cualquier […]

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