Patada en los dientes a Montesquieu

Estos días, cuando se supone que lo que se tenía que proponer era una nueva Ley de Economía Sostenible, por aquello de que tener ya casi cuatro millones de parados y un 18% de paro a nivel nacional no debería tomarse como un asunto de risa, resulta que nuestros políticos nos dan la agradable sorpresa de colar en medio de una ley supuestamente económica una reforma legislativa que busca perseguir aún un poquito más el uso de las redes P2P (emule, BitTorrent, etc.)

Aunque en principio nada tiene que ver el tocino con la velocidad, como quien no quiere la cosa a partir de ahora será el propio Ministerio de Cultura el que haga como los porteros en las discotecas -tú pasa, tú no ¿razón? porque me da la gana-. Será este ministerio quien decida cuándo se cierra un sitio web por violar la Propiedad Intelectual. Los jueces ya no pintan nada. Y el webmaster acusado de piratería tampoco, porque no tendrá derecho a un juicio y esas cosas que antes servían para decidir si alguien es o no culpable.

Como bien cuenta Nacho en el post lanzado por él, es dar un paso bastante peligroso. Hace algunos siglos existía una cosa llamada Antiguo Régimen donde “democracia” era una palabra que la gente corriente no solía utilizar de normal. El problema es que no se conocía. El Rey de turno, puesto por Dios directamente, según Bossuet, legislaba, gobernaba y aplicaba la ley como a él le daba la gana. Naturalmente, como él hacía la ley y luego la aplicaba, el “donde dije digo digo Diego” era más habitual aún que en el periodo post-electoral de la época actual, cuando a los políticos les entra el alzheimer y no recuerdan nada de lo que prometieron antes de la cita con las urnas.

Por eso mismo en esta época apareció un señor llamado Montesquieu que decía que quien hace la ley luego no la puede aplicar, por ejemplo. Por eso mismo tenemos unos órganos judiciales independientes del poder ejecutivo y del legislativo (al menos en teoría): para evitar que se legisle de una manera y luego, si no conviene, se aplique esa misma ley de otra.

El Barón de Montesquieu

El tema es que todo esto, como sabrán aquellos que tienen ya la ESO, son cosas de hace mucho tiempo, se conoce que quedan más o menos por la Ilustación, no es algo nuevo: el tema de la segregación de poderes. Una de las bases de un Estado democrático.

¿Qué vamos a hacer ahora? ¿Dejar que sea el Gobierno quien, porque le da la gana, actúe como juez? ¿No resulta esta una mala idea? ¿Eso de que sea el Gobierno y no un juez quien decida si una cosa cumple con la ley o no para ser publicada no recuerda un poco a la censura de una dictadura?

Hoy es el P2P, pero si nadie se queja contra esto, ¿qué garantías hay de que mañana no veremos al Gobierno de turno haciendo lo propio con cualquier otro área incómoda?

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